Malasaña, Madrid. Jueves, 19/2/15.
Ataviados con unos sándwiches, animando a nuestros vecinos a combatir la exclusión sanitaria, visitamos los centros de salud de Palma, Norte y Regueros. 
En Palma y a pie de calle informamos a los viandantes y les repartíamos pasquines informativos de la actividad de nuestro grupo, así como de la forma de contactarnos. Uno de nosotros estuvo haciendo lo propio dentro del centro y repartiendo copias de la carta a los pacientes que esperaban ser atendidos, para que entregaran la carta “Escribe por tu salud” en su consulta. Cuando prácticamente estaba la acción a punto de concluir, un guarda jurado procedió a su expulsión, alegando que no se podía ejercer la acción dentro del recinto. En ese momento, algunos de los pacientes que habían mostrado cierta reticencia a colaborar, se levantaron de su asiento a pedir la carta que antes habían rehusado. Lo que parecía un elemento adverso se convirtió así en un revulsivo a nuestro favor.
Nos dirigimos a Norte. A través de los administrativos, nos informarnos de las instrucciones que tenían respecto a la atención a personas sin tarjeta sanitaria. Nos dijeron que, salvo caso de urgencia, les informaban que no podían facilitarles el acceso a consulta, pero que se dirigieran a Pozas, al INSS de la calle Cedaceros o al Hospital Gregorio Marañón. Visto que la directora, en anterior entrevista, nos había asegurado que allí se atendían todos los casos, solicitamos hablar con ella. En anterior visita, nos había asegurado que, en este centro, se atendía a todas las personas que no tuvieran tarjeta sanitaria. Nos recibió de pie, en la propia sala de espera vacía, y volvió a asegurarnos que allí se atendía a cualquier persona. Le comentamos la información al respecto que nos habían dado los administrativos, negando ella que hubiera dado tales instrucciones. Ante esta actitud, establecimos algo parecido a un “careo”, que confirmó nuestra información, resistiéndose la directora a admitirlo. Respecto a la colocación en el centro del cartel informativo que le entregamos hace meses, en que se informa a los vecinos de las excepciones al R,D. que excluye a casi un millón de personas de la asistencia sanitaria, respondió que aún no había recibido respuesta a su consulta a la superioridad.
Llegamos a Regueros. Intentamos entrar dos y otro quedó en la puerta. Extrañamente, nos encontramos al mismo guarda jurado que en Palma, que nos impidió el paso. Ante esta situación, acordamos que lo intentara el tercero que había quedado en la puerta, a quien no conocía el guarda, solicitando, como paciente, una entrevista con el director. La misma actitud mansa y cínica de director amaestrado, defendiendo que allí se atendía a todo el mundo y que esas eran las instrucciones que había dado al personal administrativo. En el transcurso de la conversación y en cierto momento, se contradijo argumentando que en recepción tenían instrucciones de valorar la petición de consulta de las personas sin tarjeta, aplicando la normativa existente. Se le hizo notar tal discrepancia en su discurso y salió por peteneras. Al indicarle que sería conveniente que existiera un cartel informativo de las excepciones al R.D., comentó que la razón por la que no lo habían puesto era por no inundar de papeles el recinto. Al brindarle la oportunidad de que colocara el que tenemos elaborado, se mostró huraño, arguyendo que debía pedir permiso , pero que, no obstante le dejáramos uno para verlo. Se le pidió una entrevista para tratar estos temas más detenidamente ,tratando de rehuir el compromiso. Se le dejó teléfono de contacto al efecto. Curiosamente y durante los cincuenta minutos que estuvimos, el centro se encontró desierto de pacientes.
Resumiendo:
Lo que era de esperar por parte de los directores de los centros, defensores de su cargo y aplicadores de la normativa restrictiva.
En contrapunto, una actitud muy comprensiva y receptiva de todo el vecindario acerca de la situación en que nos encontramos y de la actividad que ejercemos.
